El melón es una fruta que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, es una de las frutas que presentan mayor tamaño, pues su peso suele oscilar entre los 800 g y los 4 kg.
Su pulpa es muy jugosa y refrescante, y en su interior alberga una cavidad en donde se encuentran numerosas semillas pequeñas y una masa gelatinosa y viscosa que puede eliminarse fácilmente. El color de la corteza y la pulpa varían en función de la variedad. La corteza puede presentar un color verde, amarillo anaranjado o blanco; mientras que la pulpa puede ser blanca, color crema, amarilla, naranja claro o verde.
El melón es una fruta que destaca por su altísimo contenido de agua (89,82 – 92,70 %), lo que hace que el aporte calórico sea muy bajo (27 – 36 kcal/100 g) y se deba principalmente a su contenido de hidratos de carbono. Además, esta fruta constituye una buena fuente de fibra, además presentan cantidades importantes de compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes, como los polifenoles y los carotenoides. El principal carotenoide que se encuentra en los melones es el β-caroteno, que destaca por su actividad provitamínica A.
El mejor momento para recolectar y consumir el melón son los meses de verano (julio – septiembre); no obstante, en los meses de invierno también se puede degustar esta fruta.